Llevábamos semanas chateando, primero en la red, después en Telegram… Hacía falta esa atmósfera de confianza, de descubrimiento personal, él buscaba poseer mi mente, descubrir mis límites, era muy audaz y persuasivo. Sabía qué preguntar para satisfacer su ansia de posesión. Era implacable, seductor… Habíamos aceptado el juego, era arriesgado, pero eso lo hacía inquietante …
Etiqueta
Mostrando: 1 - 1 de 1 RESULTADOS